Al niño que durante años vió como su selección nunca ganaba nada, aún teniendo el honor de ver aquella final con Francia en la eurocopa. Al niño que cada vez que veía un partido de la selección en su casa, se tiraba en el suelo a verlo, y cuando metían un gol se levantaba corriendo a darle un beso a su padre. Un día llegó a darle doce besos. Esta vez se lo hubiera dado igual. Ese niño era yo, y por fin he podido cantar alegremente "campeones, campeones", y he llevado al niño a bañarse a la fuente, como un niño.
Al Chicho, que ya este triste o alegre, en la fuente o fuera de ella, es igual de feo, y se fue con el niño a la fuente, y lo hizo muy feliz.
A la puta seleccion, YA ERA HORA COÑO, muchas gracias.