lunes, 19 de noviembre de 2007
Rajoy liberará del pago del IRPF a quienes no lleguen a los 16.000 euros
El PP madrileño brindó ayer a Mariano Rajoy la misma apoteosis que hace tres semanas protagonizó en Valencia. Ante cerca de 10.000 personas que abarrotaban el Madrid Arena, con una bandera venezolana con la leyenda Libertad, incluida, el líder popular clausuró la Conferencia Política que ha alumbrado el documento programático que el próximo día 26 aprobará el Comité Ejecutivo del PP detallando el que será su eje de gobierno si en marzo accede a La Moncloa.
Flanqueado en la tribuna de oradores por Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón -que volvieron a protagonizar sendos discursos nacionales, el de ella durísimo con el Gobierno y el del alcalde mucho más conciliador-, con asistencia de "todo el PP" -dirección, cargos públicos, autonómicos y líderes regionales-, Rajoy oficializó su primer gran anuncio electoral: una reforma fiscal que libere a más de siete millones de españoles de pagar el IRPF.
En un discurso con etiqueta económica, el líder del PP anunció que si en marzo gana todos los trabajadores y pensionistas con menos de 16.000 euros al año estarán exentos de pagar el citado impuesto, y se comprometió a una rebaja adicional de los tributos a las mujeres que trabajan fuera de casa.
Rajoy defendió una reforma constitucional "limitada" que acabe con la "subasta de transferencias" a las comunidades. Para ello, propuso que se defina y blinde el núcleo de competencias del Gobierno central y la ampliación a dos tercios de la mayoría para emprender las reformas de carácter constitucional.
También quiere el PP que una ley regule el derecho a utilizar y aprender el castellano en todas las etapas del sistema educativo en todo el país. Que gobiernen las listas más votadas y una nueva política internacional fueron otros anuncios. También Rajoy se comprometió a llevar al Congreso una declaración institucional que niegue cualquier negociación con los terroristas.
"Lo urgente -explicó- es construir un nuevo consenso. En estos cuatro años hemos visto caer pulverizados todos los acuerdos nacionales que nacieron en la Transición". "No se podrá discutir nada serio en España mientras continúen las discusiones escolásticas: que si la nación, que si el Estado, que si el castellano, que si ETA, que si la República, que si la Memoria Histórica".
Por ello, se comprometió a la que será su primera decisión si llega a La Moncloa: llamar al PSOE y "tratar de establecer un nuevo consenso que despeje cualquier duda sobre las cosas que no se tocan o que se tocan de común acuerdo". "No hacemos milagros ni prometemos fantasías. Lo que ofrecemos es trabajo, sentido común y eficacia. Los españoles os lo van a agradecer porque están deseando tener en las manos algo que sea sólido", concluyó.
Flanqueado en la tribuna de oradores por Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón -que volvieron a protagonizar sendos discursos nacionales, el de ella durísimo con el Gobierno y el del alcalde mucho más conciliador-, con asistencia de "todo el PP" -dirección, cargos públicos, autonómicos y líderes regionales-, Rajoy oficializó su primer gran anuncio electoral: una reforma fiscal que libere a más de siete millones de españoles de pagar el IRPF.
En un discurso con etiqueta económica, el líder del PP anunció que si en marzo gana todos los trabajadores y pensionistas con menos de 16.000 euros al año estarán exentos de pagar el citado impuesto, y se comprometió a una rebaja adicional de los tributos a las mujeres que trabajan fuera de casa.
Rajoy defendió una reforma constitucional "limitada" que acabe con la "subasta de transferencias" a las comunidades. Para ello, propuso que se defina y blinde el núcleo de competencias del Gobierno central y la ampliación a dos tercios de la mayoría para emprender las reformas de carácter constitucional.
También quiere el PP que una ley regule el derecho a utilizar y aprender el castellano en todas las etapas del sistema educativo en todo el país. Que gobiernen las listas más votadas y una nueva política internacional fueron otros anuncios. También Rajoy se comprometió a llevar al Congreso una declaración institucional que niegue cualquier negociación con los terroristas.
"Lo urgente -explicó- es construir un nuevo consenso. En estos cuatro años hemos visto caer pulverizados todos los acuerdos nacionales que nacieron en la Transición". "No se podrá discutir nada serio en España mientras continúen las discusiones escolásticas: que si la nación, que si el Estado, que si el castellano, que si ETA, que si la República, que si la Memoria Histórica".
Por ello, se comprometió a la que será su primera decisión si llega a La Moncloa: llamar al PSOE y "tratar de establecer un nuevo consenso que despeje cualquier duda sobre las cosas que no se tocan o que se tocan de común acuerdo". "No hacemos milagros ni prometemos fantasías. Lo que ofrecemos es trabajo, sentido común y eficacia. Los españoles os lo van a agradecer porque están deseando tener en las manos algo que sea sólido", concluyó.
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